20 may 2010
Fénix
19 may 2010
Demonio Dos
Y mira que no es que te tenga lista de preferencias. Ni cuento con sabores del pasado. Sucede, verás, que perdí la magia y no la encuentro en ningún lado. Y tampoco es que no me guste esta feminidad diligente, pero no me sienta bien cuando se resume a estos hábitos de adulto rutinario. A veces la veo que me pisa los talones, y no es que tenga ojos en la espalda, es que tengo añoranza de magia esparcida y espontánea. Tengo que decirte que añoro las fotografías que no se han tomado, las cartas que no se han escrito y los apodos que no se han inventado. Hoy salté 10 veces la rayuela, sólo para ver si llegamos de la tierra al cielo y del cielo a la tierra, más bien quiero cielo y tierra juntos. Pásame la tiza para pintarla de nuevo. Qué necedad la tuya, y la mía, la de ambos, la de esa magia estúpida. Tengo muchos deseos, pero tengo más deseo de que lo desees tu también, que si no se siente un hueco. Hueco del primer demonio, igual pero a la inversa. Ya tomé un baño para ver si el jabón encuentra las ideas. Ya cerré los ojos e imaginé los cronopios que no me has dado y que no te he dado yo. Y no se ni me importa –con el respeto que le tengo- si los cronopios él los consideró, además de verdes, elixir y remedio contra mi demonio deux.
La cosa es que –y has como que no te hablo a ti pero escucha todo- que me falta el aire del amorío adolescente.
La Maga**
Primer Demonio
Hoy vi el hueco que dejó la magia. Se encuentra ausente y sólo quedan retajos de detalles empolvados de lo que antes fue imaginación alucinante.
Metí la mano en el fondo de la adultez creciente, y la encontré dolida repasando cartas infantiles, sorpresas de papel y goma, planes ideados en la almohada, cajas llenas de jóvenes enamorados, de amorosos de Sabines, de poesía burbujeante, de la pasión primera, de letras en reproducción constante, de envolturas tan valiosas como insignificantes.
Qué pena verte seca, de tantos repasos y ausencias no nos queda más que amor deshebrado.
La Maga**